Tras la conferencia “primeras
vanguardias artísticas en la escuela”, que corrió a cargo de Florencio Maillo,
he podido reflexionar acerca de estas y sobre la visión que se nos ofreció
sobre las mismas.
Desde mi punto de vista creo que
la conferencia se centró demasiado en el aspecto subjetivo de las vanguardias,
es decir, en la figura del artista como punto de partida para entender lo que
significo este movimiento, pasando por alto que estos, al igual que el resto de personas que forman la
sociedad, también son producto de un contexto y una situación determinada.
Para entender las vanguardias,
necesitamos saber que estas se dieron durante el siglo XX, marcado por grandes
tensiones y enfrentamientos entre potencias europeas.
Por su parte, la Primera Guerra
Mundial (entre 1914 y 1918) y la Revolución Soviética (en octubre de 1917)
fomentaron las esperanzas en un régimen económico diferente para el proletariado.
Tras los años 1920, época de
desarrollo y prosperidad económica conocida como los años locos, vendría
el gran desastre de la bolsa de Wall Street (1929) y volvería una época de recesión
y conflictos que, unidos a las difíciles condiciones impuestas a los vencidos
de la Gran Guerra, provocarían la gestación de los sistemas totalitarios (fascismo
y nazismo) que conducirán a la Segunda Guerra Mundial.
Desde el punto de vista cultural,
fue una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y
tecnológico (la aparición del automóvil y del avión, el cinematógrafo, el gramófono,
etc.). El principal valor fue, pues, el de la modernidad (o sustitución de lo
viejo y caduco por lo nuevo, original y mediado tecnológicamente).
De esta voluntad de ruptura con
lo anterior, de lucha contra el sentimentalismo, de la exaltación del inconsciente,
de lo racional, de la libertad, de la pasión y del individualismo nacerían las
vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.
He querido resaltar este aspecto
de la conferencia, pues desde mi perspectiva, comprendo que es de suma
importancia conocer la historia para entender la producción artística propia de
cada época y situar al artista, no como un sujeto aislado que se sirve del arte
como medio de expresión, sino como un sujeto consciente de la realidad en la
que vive y que utiliza el arte no solo como medio, sino también como fin.
Los artistas de los diferentes
movimientos de las vanguardias artísticas, ponen sobre la mesa un concepto del
arte que rompe con todo lo anteriormente establecido en lo que se refiere a
reglas estilísticas, temas de las obras, en definitiva, destruye los viejos
pilares sobre los que se asentaba el arte, para dar paso a unos nuevos.
Esto nos lleva a ser conscientes
de la relación entre lo objetivo y lo subjetivo, pues como hemos dicho antes,
el mundo vive una época de grandes transformaciones tanto políticas, como
económicas; lo que se ve reflejado en la nueva forma de hacer arte.
Con todo esto, cabe preguntarnos,
el arte ¿es un reflejo de la realidad o la realidad de un reflejo? .
Para terminar, exponer la idea de
que el arte debe seguir evolucionando y romper continuamente con lo viejo si
quiere seguir manteniendo el título de vanguardia, puesto que definirse como
tal significa ser la parte más adelantada, la primera línea en exploración y
combate.
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