Con las vanguardias lo que se pretendía es innovar el arte, y no se han
conformado con innovar la pintura, cine, escultura, fotografía, literatura…
sino que también se han atrevido con los juguetes para llevar el arte más
innovador a los más pequeños. Picasso, Miró, Kandinsky y Torres-García son unos
de los autores más famosos que se han adentrado en este mundo infantil, que
consiguen que no solo sea atractivo para los más pequeños sino para todos
aquellos admiradores del arte, convirtiéndose muchos adultos en grandes
coleccionistas de estos objetos dedicados a niños.
Friedrich Schiller en “Cartas sobre
la Educación Estética del hombre” propone como herramienta esencial para la
educación la estética y le da mucha importancia al juego que lo considera una
actividad necesaria para el desarrollo de la personalidad del niño. Y a
mediados del s.XIX aparece el juego educativo que fomenta la imaginación y la
creatividad.
Yo comparto su opinión, el juego es algo atractivo para los niños que
también ayuda a educar, ya que hay juguetes relacionados con las materias que
se imparten en la educación primaria, que son mucho más divertidos para los
niños que los libros de texto y esto hace que les hagan más caso y a la vez que
se lo pasan bien aprenden sin darse cuenta que lo hacen y que ese es el
objetivo. En lo referente a que fomenta a la imaginación estoy totalmente de
acuerdo puesto que con un solo juguete se pueden inventar mil historias.
Los juguetes vanguardistas para los niños son atrayentes debido a que no
son como todos los juguetes convencionales que se ven en todos los sitios, pero
aun así representan todo aquello con lo que juegan. Es una forma de ir metiendo
a los más pequeños en el apasionado mundo del arte, del cual una vez dentro no podrán
salir, siempre pueden seguir investigando y descubriendo gracias a la cantidad
de movimientos y estilos que hay.
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