Todos sabemos quien es Peter Pan, ese personaje que no quería crecer, que vivía en un País llamado “El País de Nunca Jamás” y que iba acompañado de los niños perdidos de Nunca Jamás, que se hizo amigo de una chica llamada Wendy que siempre estaba cuidando de sus hermanos Juan y Miguel y su inseparable perro Nana. Ese chiquillo que lucha contra el malvado Capitán Garfio y sus secuaces piratas…
Todas las personas tenemos que crecer, es ley de vida. Los hay que tardan más, otros que tardan menos, pero en definitiva crecemos todos.
Soy de la idea de que todo el mundo tiene un Peter Pan en su interior, un niño que no quiere crecer, al que le gustaría poder divertirse sin responsabilidades, sin agobios y sin tener que preocuparse de nada más. Creo es necesario dejarlo salir de vez en cuando, pero también tenemos que ser capaces de saber cuando es el momento en que tenemos que dejar que se marche.
Esto es tan real como que hay un síndrome que en psicología se denomina Síndrome de Peter Pan. http://www.portalcantabria.es/Psicologia/54.php
De Peter Pan se habla en muchos sitios; en la calle, en el cine disfrazado de película infantil e incluso podemos escuchar canciones sobre él. Una de esas canciones comienza con una frase que cada uno podemos completar con nuestras ilusiones: “Si Peter Pan viniera a buscarme una noche azul…” dejar que esas ilusiones salgan, dejar que Peter Pan venga a veros y guardarlo en el momento necesario, y crecer, pero siempre intentando ir acompañados de ese niño que te lleva a “Nunca Jamás” para que las cosas parezcan más fáciles.
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