lunes, 15 de abril de 2013

Mark Ryden, dulce y tétrico. Alba Escudero García


Mark Ryden, es uno de los artistas pictóricos más prominentes de la nueva escena pop mundial. Su arte, a medio camino entre lo ingenuo y lo tétrico ha cautivado al star system primer mundista entre los que destacan Leonardo Di Caprio, Robert De Niro, Bridget Fonda, Ringo Star y cómo no, a los oscuros Stephen King y Marilyn Manson. Con él, un arte bastardo lleno de guiños a la cultura pop desdeñados por lo establecido, se abre paso firme entre las galerías de arte vanguardista.
De niño, los profesores se desconcertaban al ver los autorretratos con un tercer ojo en mitad de la frente o los animales con las vísceras afuera que dibujaba el pequeño Mark Ryden. Gracias a que su familia lo apoyó mucho no sucumbió a la “normalidad” que le exigían sus maestros y además aprendió a disfrutar de la confusión y el susto que provocaba en los profesores. Desde aquellos años Mark Ryden (1963, California) continúa creando universos extraños y perturbadores, donde se mezclan imágenes sacadas de cuentos de niños con iconografía pop, frases en latín, la numerología, elementos de la alquimia, imágenes religiosas, carne y sangre. Mucha sangre. Agarra el mismo universo de los surrealistas, fascinado por el inconsciente colectivo e individual, pero lo dota de una imaginería deliberadamente cargada de connotaciones culturales actuales.
Es así como la trayectoria de Mark Ryden cruza desde la ilustración hasta un manejo eximio del óleo, trabajando tanto en proyectos personales como en carátulas de discos de célebres artistas como los Red Hot Chili Peppers, Ringo Starr y la mega estrella Michael Jackson. Para este último, Ryden diseñó la carátula del álbum Dangerous, una de las más emblemáticas de Jackson y que según algunos entendidos, junto a Sargent Pepper’s de los Beatles, es una de las carátulas más logradas de la historia del pop.

“Michael pidió cosas muy específicas y yo hice analogías particulares para dar lugar a estos símbolos… Michael, me dijo que el diseño debía resultar misterioso para que la gente la interpretara a su manera.”

Aquella mítica carátula la encabezan los ojos del cantante pop tras un antifaz dorado y hacia abajo, numerosos detalles van revelando aquel misterioso pedido de Jackson. Los números 7 y 9, asociados a la buena fortuna en la numerología, se repiten en tres ocasiones. El pequeño vocalista de los Jackson 5 aparece en un rincón protegiendo al protagonista de Mi Pobre Angelito, Macaulay Culkin, conocido amigo de la mega estrella, a quien en su minuto quisieron llamar a declarar por supuestos abusos sexuales de Jackson hacia él. También un niño negro abraza el cráneo de El Hombre Elefante, el tristemente célebre deforme del que Jackson quiso comprar su esqueleto pero no consiguió. Imágenes perturbadoras como fatuos pavos reales, ángeles, túneles del terror, símbolos de la buena fortuna como pequeños elefantes se van descolgando por el infinito cartel y todo este espectáculo críptico lleno de símbolos populares queda presidido por Barnum, uno de los más famosos dueños de circos del siglo XIX, bajo la omnipresente mirada del Rey de Pop. Además aparece Bubbles, su mascota adorada ya muerta. Ryden ha contado que a Jackson no le gustaron los primeros dibujos que hizo de ésta porque no se reflejaba “lo dulce que es”.



Las creaciones de Ryden inquietan al aparecer, por ejemplo, una niña de rodillas rezando ante una aparición de Barbie, cuadros súper oníricos e infantiles donde los protagonistas son rostros reconocidos como Di Caprio, Cristina Ricci o Björk, conocidos admiradores de Ryden, o niñas que tienen de mascota a Benjamin Franklin. Además está la carne presente en casi todas sus pinturas. Chuletas crudas que sirven de pedestal para conejos o apoyo en general. Para el artista
“la vida es una gran ilusión. Somos criaturas de energía pura y la carne es lo que nos mantiene enteros”

La colección más tétrica y angustiante de Ryden y que de paso le ganó un sitial de honor en el mundo de los góticos, fue “Blood: Pinturas en Miniatura sobre Desolación y Miedo”, una serie de pequeños retratos de niñas que lloraban sangre y guaguas hambrientas ante un plato de sangre y un largo y tremendo etcétera. Aquella colección fue quizás la más íntima de Ryden, la hizo el año en que su esposa le pidió el divorcio y tuvo que dejar de vivir con sus hijos.


“Es brutal que tus sueños se destruyan y que las esperanzas de tu vida y familia se hagan a un lado, eso causa un dolor muy profundo. Me pareció muy curioso que no hubiese sangre en mi trauma, me parecía que con tanto dolor debería estar bañado en sangre. Quería ser capaz de ver mis heridas pero no estaban en la superficie de mi carne.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario